La analística que se realiza a un paciente refleja la cantidad de glóbulos rojos que tiene en su organismo, diferenciado la cantidad de cada uno de sus tipos: Eosinófilos, linfocitos, basófilos, monocitos y neutrófilos.
Son varios los mails que nos han llegando preguntándonos por el significado de tener unos neutrófilos bajos y unos linfocitos altos.
¿Qué pasa si tienes neutrófilos bajos y linfocitos altos?
Los neutrófilos es el tipo de glóbulos rojos mas común en el cuerpo de una persona, aproximadamente el 70% de los leucocitos es de este tipo.
Cuándo el número de estos leucocitos baja por debajo de 1.500 en una persona adulta estaremos ante un estadio de neutropenia.
En cuanto a los linfocitos y sus niveles superiores a lo aconsejable puedes profundizar leyendo el artículo que hemos publicado bajo el título de linfocitos altos.
Si en la analítica detectas que tu nivel de neutrófilos es demasiado bajo y tu nivel de linfocitos demasiado alto, seguramente se deba a una enfermedad crónica, tal como una infección bacteriana, viral, etc.
A priori no debería ser una situación alarmante pero sí digna de consultarla con tu medico para que pueda explorar la causa de dichos índices, porque en ocasiones puede ser condicionada de forma subyacente por enfermedades como la leucemia u otras enfermedades relacionadas con la médula ósea.
Consejo: Ante la presencia de valores anómalos en una analítica lo recomendable es acudir al médico para que diagnostique la causa de esa desviación.